02 julio 2009

Educar en Valores: Formando Personas y Profesionales

Hemos hablado en más de una ocasión de fomentar los valores sociales en la escuela, de dotar de esas competencias personales que debe poseer todo buen profesional. Seguidamente vamos a hablar de cada uno de ellos, de estas competencias de las que debemos dotar a nuestros alumnos para moldear esta nueva formación completa, rica tanto en actitudes personales, como en aptitudes profesionales:


La Cooperación, consiste en el trabajo en común llevado a cabo por parte de un grupo de personas o entidades mayores hacia un objetivo compartido, generalmente usando métodos también comunes, en lugar de trabajar en forma separada en competición.

La cooperación es posible cuando hay facilidad, no pesadez. Ser fácil significa ser sincero y de espíritu generoso. Tal generosidad le hace a uno digno de recibir la cooperación de todos. Si uno tiene fe y confianza en los demás, eso, en retorno, contruye fe y confianza en ellos. Tales sentimientos producen un ambiente de enrequicimiento, respeto, apoyo y solidariadad.


El Respeto, podemos definir respeto como la acción de aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado. Debemos aprender a respetar, por lo tanto aceptar la forma de ser y pensar de los demás. Pero también podemos incluir el respeto en la aceptación de unas normas generales de convivencia, así como la valoración de todos aquellos bienes, naturales o no,
que nos rodean.


La Tolerancia, podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona. El mundo sueño con tolerancia desde que es mundo, quizá se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia.


La Solidaridad, es aquella actitud positiva que se llamó desde antiguo benevolencia. Los hombres, dijo Séneca, deben estimarse como hermanos y conciudadanos, porque “el hombre es cosa sagrada para el hombre”. Su propia naturaleza pide el respeto mutuo, porque “ella nos ha constituido parientes al engendrarnos de los mismos elementos y para un mismo fin”.

Séneca no se conforma con la indiferencia: “¿No derramar sangre humana? ¡Bien poco es no hacer daño a quien debemos favorecer!”. Por naturaleza, “las manos han de estar dispuestas a ayudar”, pues sólo nos es posible vivir en sociedad: algo “muy semejante al abovedado, que debiendo desplomarse si unas piedras no sostuvieran a otras, se aguantan por este apoyo mutuo”. La benevolencia nos enseña a no ser altaneros y ásperos, nos enseña que un hombre no debe servirse abusivamente de otro hombre, y nos invita a ser afables y serviciales en palabras, hechos y sentimientos.


El compromiso es algo más que una obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado. Una persona comprometida es aquella que cumple sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado. Una persona comprometida cumple todo aquello en lo que ha empeñado su palabra.


La honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo. Ser honesto es ser real y auténtico y genuino. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás.


La empatía en ciencias humanas designa una actitud hacia el otro caracterizada por un esfuerzo objetivo y racional de comprensión intelectual de los sentimientos. En pocas palabras es la virtud de saber ponerse siempre en el lugar del otro al que analizamos o juzgamos.
Entender lo que siente y porqué lo siente, escuchar y responder a los sentimientos del otro. Pero ¿Para qué utilizar la empatía?; Para comprender a los alumnos y así poder solucionar sus problemas, lo que conllevará un sentimiento de confort propio relacionado con nuestra profesionalidad. Las situaciones más apropiadas para demostrar empatía es cuando la situación o la persona sea: hostil, escéptica, irónica, poco tolerante, introvertida, cuando se produzcan situaciones incómodas, etc...

¿Cómo empatizar?: Escuchando activamente para identificar los sentimientos. El elemento más importante a la hora de hablar de empatía es, sin duda alguna, la escucha activa.
-Definiendo el sentimiento (rechazo, falta de confianza...)
-Complementando la comunicación verbal con un tono emocional adecuado.
Fuentes: Valores para vivir, Livinlagues. Proyectopv.org, Wikipedia, Ctv.es.